fbpx

Siempre tuve el presentimiento de tener «un secreto» en mi vida y sospeché de ser adoptado. No obstante al leer la partida de nacimiento figuro como hijo natural de Manuel Riera y Nora Suárez y por ende no podía avanzar. En 1993 llegó por correo un anónimo a mi hija mayor, donde decía que era adoptado. En principio no le di credibilidad y en 1995 una conversación familiar lo confirmó. Por entonces tenía 45 años.